Vista trasera del Virtus GTS andando en ruta.

Nos subimos a la variante más emocional del sedán mediano de Volkswagen. Virtus GTS, un familiar por excelencia con permitidos para sentir un plus de adrenalina.

El anhelo que generan los modelos deportivos a todos los que medianamente les gusta el mundo de los autos es una tendencia que nunca pasa de moda. Las terminales de auto saben de ellos y suelen sumar a su línea de modelos, versiones que puedan saciar las ansias de experimentar un coche con un temperamento más vivaz.

Volkswagen hace tiempo se encuentra emparentada con el mundo de la deportividad con su icónico Golf GTi (su primera generación se remonta al 1976). Sin embargo, el hatchback ya no se comercializa más por estas latitudes. Esto impulsó a la marca a darle una inyección de adrenalina a dos de sus citadinos del momento (Polo y Virtus) ¿El resultado? El nacimiento de la variante GTS. Una versión con tratamiento más “racing” que Carmuv probó en la silueta del sedán mediano. 

Sutiles diferencias Virtus GTS en camino rural

La estrategia de diferenciar esta versión más “rabiosa” de su par convencional, no recayó en ningún recurso estridente, sino en sutiles detalles. De este modo, se optó por insertarle un listón rojo en la parrilla frontal, que se extiende hasta el interior de las ópticas, las cuales cuenta con el fondo negro e iluminación led.

El tramado de la parrilla es tipo panal y al igual que en los GTi, cuenta con las siglas GTS, sobre la parrilla, en los laterales y en el portón trasero. Las que si son llamativas son sus llantas 18”. Lo único que desentona en ese sector es la elevada altura de la carrocería. Es decir, mantiene el mismo despeje que en las versiones convencionales. En la vista trasera hay otro pequeño guiño a lo deportivo, a través de un sutil alerón sobre el baúl, pero no cuenta con una doble salida de escape, algo esperable de cualquier deportivo.

Guiños deportivos

Lo sobriedad también prevalece puertas adentro. Solo se buscó contrastar el color negro de sus paneles y piezas con detalles en rojos. Esto se percibe en las costuras del volante forrado en cuero, el pomo de la palanca de cambio y las salidas de ventilación. El mayor indicio de que uno se encuentra a bordo de un deportivo son sus butacas con apoya cabezas integrado y con una sujeción lateral impecable.

El tablero del GTS es totalmente digital, al igual que en el Virtus y Polo más equipado. Se complementa con una pantalla central que siempre destacamos por su rapidez. En esta versión GTS la multimedia sumó indicadores de la presión del turbo, la entrega de potencia y hasta un cronómetro, que nos imaginamos podría servir para tomar el tiempo de vueltas en una jornada de Track Day en un autódromo.

Mucho más que pura cáscara

Capot abierto muestra el motor del Virtus GTS

El Virtus GTS está impulsado por uno de los mejores motores del momento: el naftero 1.4 litros turbo de 150 CV TSi, el mismo que equipa el Vento, la Tiguan y ahora al Taos. Se destaca por una excelente entrega del torque (250 Nm) apenas el cuenta vuelta se posa en 1.500 vueltas y lo mantiene hasta las 3.500 revoluciones. Se trata de un motor vigoroso que siempre parece tener resto en cualquier régimen. Está asociado a una caja automática convencional con convertidor de par de 6 marchas, cuya concepción es más urbana.

Virtus GTS En marcha

Volkswagen Virtus GTS vista trasera.

¿Empuja o no empuja esta versión GTS? Fue la pregunta que nos hicieron en reiteradas oportunidades. Lo cierto es que insistimos en marcar que el motor 1.4 TSi  es uno de los mejores del mercado, y la entrega en bajas vueltas y sus recuperaciones, son impecables. Sí percibimos que la caja no lo acompaña como debería. No es una transmisión mala, pero no se caracteriza por tener los pases de marcha rápida y los escalonamientos de las velocidades son largos.

Cuenta con diferentes modos de manejo (Eco, Manual y Sport), con los cuales se va modificando la dureza de la dirección, la acción de la caja y hasta el sonido del motor. Sin embargo, el rugir más grueso cuando uno maneja en modo Sport, no proviene del motor, sino de los parlantes. Es un efecto que busca “engolosinar” a los de adentro. Nos sorprendió para bien el confort de marcha en ciudad. Subestimamos a sus neumáticos de perfil bajo y pensamos que transitar por las castigadas calles de Córdoba iba a ser todo una odisea, pero lo cierto es que no se sienten ni escuchan golpes bruscos.

Lateral del Volkswagen Virtus GTS.

No queremos dejar de mencionar su reducido consumo. A 100 km/h (en modo Eco) solo gasta 5.7 litros. Si nos posamos en el límite de velocidad de autopista (130 Km/h) el consumo sigue siendo muy bueno: 7.4 litros. En tanto que, en ciudad el gasto es de 8.8 litros para la misma distancia. Un rendimiento excepcional.

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