Por Adrián Baer.
Los autos usados requieren un cuidado y atención especiales debido a que cuentan con un historial de uso muy importante. Suelen tener problemas que no se ven a simple vista y deben ser tratados. ¡Conocé cómo podés alargar la vida de tu auto usado!
Para reducir las visitas al taller y así ahorrar tiempo o dinero, hay que tener en cuenta estos consejos:
- Mantén limpio el motor: sí está muy sucio generará más problemas en la refrigeración que un motor limpio, lo que se traduce en más problemas.
- Hacer una inspección visual: es clave buscar signos de fugas de líquidos como aceite, refrigerante o líquido de transmisión. También es importante chequear el estado de las mangueras y correas de distribución para ver que no estén desgarradas o desgastadas. Y además, revisar los faros, las luces de freno y luces direccionales, y detectar abolladuras, raspaduras o rasguños no tan visibles.
- Utilizar el aceite adecuado: además de hacer los cambios de lubricante tal como lo indica el manual del fabricante (suele ser establecido cada 10.000 km) es conveniente optar por el aceite de la viscosidad recomendada por la marca. Al superar los 100.000 kilómetros, este chequeo se vuelve más importante.
- Cuidar la carrocería: esto ayuda, además de que se vea en buen estado, a mantener su valor de reventa. Para preservar el estado debes encerarlo. Así, se protege la pintura contra los rayos UV y otros elementos que pueden ser corrosivos, y se le da un brillo adicional al exterior. También conviene revisar áreas corroídas de la carrocería lo antes posible, para evitar que el óxido se propague y empeore el cuadro.
- Controlar las emisiones: el convertidor catalítico está diseñado para durar toda la vida útil del auto, pero es una buena práctica incluir una inspección cada 12 meses o cada 30.000 kilómetros con el fin de corroborar que funcione bien. De eso depende el control de las emisiones de gases contaminantes y evita multas por no cumplir con las normativas. Algunos síntomas que denotan una falla en el convertidor catalítico son el aumento en las emisiones de humo, ruidos inusuales y una disminución en el rendimiento del motor.
- Controlar el sistema de enfriamiento: cómo regla general el refrigerante de un vehículo debe cambiarse cada dos años o 40.000 kilómetros. Se habla de un líquido esencial para el sistema de enfriamiento de un vehículo. Sí el refrigerante es muy viejo puede ser ineficiente, provocar sobrecalentamiento y comprometer la integridad del motor, aumentando la posibilidad de una falla crítica.
- Cuidar los neumáticos: una cubierta en mal estado no sólo afecta al consumo, sino también es una de las causas más frecuentes de accidentes. Por este motivo, los mismos deben contar siempre con la presión recomendada por el fabricante en las diferentes estaciones del año. Es recomendable controlar la presión cada 20 o 30 días y verificar que tengan una correcta alineación.
- Sustituir los amortiguadores: la suspensión además de ser un elemento fundamental para la seguridad, es un aspecto que debemos tener en cuenta para tener una conducción eficiente. Los fabricantes recomiendan su sustitución cada 60.000 km, aunque no existan síntomas de averías o mal funcionamiento.
- Utilizar el freno de mano: su buen uso puede prolongar la vida útil de tu auto. Esto ayuda a evitar el temprano desgaste de los frenos.
- Lavar el auto con frecuencia para proteger la pintura: es recomendable un lavado de alta presión que elimine la suciedad en las zonas difíciles y el aplicado posterior de una capa de cera.
- Tené cuidado con los pozos y baches: de no ser así podría provocar graves problemas en los reglajes de suspensión o el desequilibrio de las ruedas, así como también en su estructura.
- Comprobar el estado de la correa: deberán detectar si existen irregularidades, desgastes o agrietamientos en este elemento del vehículo.
Un vehículo bien cuidado no solo te ofrece un viaje más seguro y eficiente, sino que también mantiene su valor a lo largo del tiempo. Seguí estos consejos para alargar la vida de tu auto usado y disfrutá de conducir con la confianza de conservarlo en buen estado.